Hace unos días señalábamos las dificultades que la especialización del conocimiento implica para la traducción y sugeríamos el esfuerzo colaborativo de los glosarios abiertos como un medio para resolver estos inconvenientes. No obstante, más allá de la evidente limitación de que nadie puede saberlo todo, la presencia de terminología produce otra serie de quebraderos de cabeza que entorpecen los aspectos más creativos de la actividad traductora.

EL TRADUCTOR MULTITAREA

Quien crea que traducir consiste en sentarse y teclear pasa por alto muchas horas de sangre, sudor y lágrimas. Sobre todo, lágrimas. Todos nos iniciamos en el aprendizaje de la profesión creyendo que controlamos el texto. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, cada vez somos más conscientes de que dicho texto se comporta como una hidra de varias cabezas a las que no se les puede quitar la vista de encima, pero alguna de ellas siempre burla nuestra vigilancia: comprende el texto original, documéntate acerca de términos que jamás habías visto, transmite el mismo mensaje en correcto castellano, asegúrate de que además suene natural, cuidado con las teclas, ojo con la ortografía, evita las repeticiones, consulta la terminología, añade al glosario las nuevas entradas que quizás hayas tardado horas en cotejar, confirma lo que opina la RAE acerca de esa mayúscula que has escrito por pura intuición y en caso de apuro extremo... escribe a la Fundéu.

LA ENTRADA EN BOXES DE LA TERMINOLOGÍA

Entre esta diversidad de minitareas que la mente del traductor gestiona de manera simultánea, la terminología tiende a ser una espina que se clava en la planta del pie y entorpece las demás. Uno de los problemas más habituales es la aparición de un término, oscuro e inesperado, en un texto de carácter general. Un ejemplo, ¿qué nombre recibe en minería la ventolera originada tras una explosión de metano en una mina de carbón? Otro más, ¿cuál sería el término apropiado para hacer referencia al trastorno de identidad disociativo si estamos traduciendo una novela ambientada a principios del siglo XX? Al carecer de especialización y recursos en un ámbito con el que nunca nos habíamos topado —y con el que probablemente no nos volvamos a encontrar—, es muy posible que dediquemos tanto tiempo a traducir esa palabra como a traducir las mil siguientes.

Ahora bien, esta no es la única parada en boxes que nos obliga a realizar la terminología. Toda traducción —sea un manual técnico, un prospecto médico, una serie de televisión o el producto de una franquicia cinematográfica— implica parón tras parón para buscar equivalencias en un glosario con miles de entradas o rompernos la cabeza pensando si una palabra está ahí por simple casualidad o si constituye un término que debemos consultar. La tarea se complica cuando nos damos cuenta de que no todos los términos son fáciles de identificar, sobre todo, cuando la traducción del proyecto no ha dependido íntegramente de nosotros. Lo que parece una expresión al azar podría tratarse de la muletilla de un personaje o hacer referencia a un suplemento traducido años atrás por otra persona. Consultar el término en una hoja de Excel es la parte sencilla, lo difícil es identificar que la palabra que tenemos delante forma parte de la terminología del proyecto y, como tal, debe recibir un tratamiento especial.

HERRAMIENTAS TAO Y TERM HUNTER

El desarrollo de las herramientas TAO ha contribuido a facilitar la tarea del traductor en este frente, sobre todo en lo que a las especialidades más técnicas se refiere. Existen programas que cuentan con funcionalidades excelentes que velan por la coherencia terminológica de los textos que se traducen dentro de la plataforma. La traducción creativa, por su parte, no ha corrido tanta suerte, puesto que el formato de trabajo para guiones de doblaje, subtítulos, cómics y novelas no acaba de ser compatible con el tratamiento que estos programas realizan del texto.

En su afán por ampliar el alcance de las herramientas TAO, Gloss It se complace en anunciar el lanzamiento de Term Hunter: un cazador que localiza de manera automática todos los términos del texto y propone su traducción de acuerdo con las equivalencias del glosario seleccionado. Con este doble acercamiento, no solo reducimos el riesgo de pasar por alto un término que hemos sido incapaces de identificar, sino que además nos ahorramos el inconveniente de interrumpir el proceso de traducción para consultar nuestro gestor de terminología. Hay que decirlo: de paso, también eliminamos posibles errores humanos. Reconozcámoslo, todos hemos mirado alguna vez en la fila que no toca, hemos leído mal una palabra o hemos cometido una errata de tecleado al escribirla.

El sistema es sencillo:

  1. Escoge el archivo de texto en el que deseas localizar los términos o copia el texto en la plataforma de Gloss It.
  2. Selecciona el glosario con el que quieres cotejarlo.
  3. Decide si quieres sustituir los términos de manera automática o incluir su traducción entre paréntesis junto al término en lengua original.
  4. Procesa el archivo con todas las garantías de privacidad y protección de datos.

Una vez procesado el archivo, la detección de términos mostrará aproximadamente este aspecto:

Ejemplo de texto procesado con Term Hunter

Las ventajas de cara a textos con una fuerte carga de especialización saltan a la vista, tanto por el ahorro de tiempo como por la exactitud de los resultados. Sin embargo, puede que sea en el ámbito creativo donde más brillan las virtudes de Text Hunter. Si bien es cierto que la carga de especialización tiende a ser menor en este campo, establecer de antemano las equivalencias lingüísticas hace posible que el traductor se olvide de varias cabezas de la hidra relacionadas con la terminología. Esto le permitirá centrar sus esfuerzos y atención en los aspectos de la traducción que nunca van a poder ser automatizados: las sutilezas del lenguaje, la oralidad, el ingenio, la creatividad y el arte de contar historias. No se preocupen, seguirá habiendo sangre, sudor y lágrimas para todos.

TERM HUNTER GRATIS HASTA SU LANZAMIENTO

Hasta el lanzamiento oficial de la herramienta, que se realizará el próximo martes 17 de enero, la versión beta de Term Hunter estará disponible de forma completamente gratuita para todos los usuarios de Gloss It.